miércoles, 13 de mayo de 2009

Resistencia Francesa




La Resistencia francesa, conocida en Francia como «La Resistencia» (en francés: La Résistance), es la forma como se denomina al conjunto de movimientos y canales clandestinos que continuaron la lucha contra el Eje en el territorio francés tras el armisticio del 22 de junio de 1940, hasta la liberación en 1944.
La lucha consistió, por una parte, en acciones de información, sabotaje y operaciones militares contra las tropas de ocupación (mayoritariamente alemanas) y contra las fuerzas del régimen de Vichy. Por otra parte, se trataban aspectos más bien civiles y no violentos, como la existencia de una amplia prensa clandestina, la difusión de folletos, la producción de documentación falsa, la organización de huelgas y manifestaciones, la puesta en marcha de múltiples redes para el salvamento tanto de prisioneros de guerra evadidos, de refractarios al STO (Servicio de Trabajo Obligatorio) y de judíos perseguidos.
La Resistencia pudo manifestarse tanto en la ciudad como en el campo, sobre todo –para ése último- a raíz del nacimiento del maquis en la primavera de 1943 (el nombre “maquis” se refiere a un tipo de vegetación mediterránea, la maquia, un bosque frondoso -particularmente en Córcega- y aún más a la expresión corsa “prendre le maquis”, que significa refugiarse en el bosque para huir de las autoridades o bien de una vendetta). El ejército de las sombras reunió a hombres de todos los horizontes, expuestos a una terrorífica represión por parte del RSHA, del Abwehr, de la Wehrmacht, así como de la Milicia Francesa y de la policía del Estado francés (régimen de Vichy). Aunque la Resistencia activa y organizada nunca representó más de 2 ó 3 % de la población francesa, no hubiese podido sobrevivir ni desarrollarse sin innumerables complicidades populares, en particular en la época de los maquis.




¿Quiénes fueron? [editar]
Los resistentes son hombres y mujeres de todas las edades, aunque a menudo jóvenes, incluso muy jóvenes. Los estudios apuntan que, a pesar de que la Resistencia contó con auténticos personajes románticos y bohemios, la gran mayoría de ellos estaban casados, tenían un oficio y una vida de familia. Entre éstos cabían universitarios, maestros, periodistas, ingenieros, eclesiásticos, militares, adolescentes de las clases medias y superiores, tanto como obreros, tendederos o artesanos. Sólo una minoría vivía a tiempo completo en una total clandestinidad.
Todas las capas sociales, todas las sensibilidades políticas, filosóficas y religiosas están representadas en el seno de la Resistencia. No obstante, los judíos, los demócrata-cristianos, los socialistas y los comunistas son los que más llenaban sus filas. Si bien la clase de los grandes empresarios está muy poco presente -a pesar de excepciones destacables (Peugeot, Michelin)-, en cambio numerosos elementos tradicionalmente conservadores como los de la Iglesia, los militares o la aristocracia, participan de forma significativa en la lucha.
Una gran cantidad de extranjeros combatieron con los resistentes franceses: antifascistas italianos, antinazis alemanes y republicanos españoles refugiados en Francia; inmigrantes polacos, ucranianos y armenios; judíos apátridas. Franceses o extranjeros, es de subrayar que a nivel representativo, los judíos destacaron dentro de la Resistencia, en todos los niveles de responsabilidad y en todas las formas de combate subterráneo.






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